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Mi objetivo es guiar a las empresas hacia un cambio de paradigma, alejándose de la producción a gran escala para reducir costos. En estos tiempos de crisis, las empresas se ven obligadas a buscar caminos más eficientes y centrados en la satisfacción del cliente.

La intensa competencia hace que seguir el camino de la gestión tradicional sea difícil. Para evolucionar en este entorno, propongo el desarrollo de sistemas de gestión, junto con sistemas de calidad basados en la excelencia, gestión de mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo, logística rápida y demás planificaciones estratégicas.

La clave para el éxito radica en evitar el consumo innecesario y centrarse en la operativa de lotes de producción de pequeña escala, garantizando trabajos bien ejecutados desde el principio.

Es esencial mejorar los procesos, comenzando por la calidad, antes de abordar volúmenes y costos, en ese orden específico. Esta transformación en el mercado ha llevado a las empresas a reconsiderar todos los aspectos, desde el producto hasta la forma de producir, comercializar y distribuir, adaptándose a las demandas cambiantes de los consumidores.

En un momento en que el consumo ha disminuido, el consumidor se convierte en el foco principal de cualquier actividad empresarial. Para tener éxito, es crucial invertir en satisfacer las necesidades del consumidor final, no solo del distribuidor, y ajustarse a sus exigencias de calidad, innovación, productividad, puntualidad en las entregas y precios competitivos.

Ahora, el enfoque debe ser invertir en lo que realmente satisface al consumidor y evitar costos innecesarios. Reducir los tiempos muertos operativos, ya sean de maquinaria o personal, así como el stock de capital de trabajo, son desafíos auténticos que determinarán el éxito en el próximo futuro.